2. Edad Media: La fundación de la villa

La primera cita documental sobre Bergara aparece en el año 1050, en una escritura de donación de tierras y manzanales del monasterio de San Miguel de Ariceta, hecha por Sancho al monasterio de San Juan de la Peña.

Cuando Castilla conquistó por la fuerza Gipuzkoa en el año 1200, se inicia un proceso fundacional de villas con los siguientes objetivos:

  • Unir Castilla con los puertos cantábricos y crear vías de comunicación para el comercio. En este contexto, Bergara estaba situada en el camino de Vitoria hacia Deba y Getaria. Ha sido, por tanto, lugar de mercado y confluencia de trajineros y mercaderes.
  • Establecer núcleos poblacionales fuertes para contrarrestar la fuerza de los banderizos y como baluarte de defensa respecto a Francia y Navarra. Por este motivo, Alfonso X concede en 1273 el privilegio de la exención de pecho a los vecinos de la villa.

Así pues, Villanueva de Vergara fue fundada por Alfonso X el Sabio en 1268 a fuero de Vitoria. El gobierno municipal lo ejerce el concejo formado por todos los vecinos en el llamado concejo abierto.

Irudia

En 1348 y 1391, los moradores de las anteiglesias de Oxirondo y Uzarraga entran a formar parte de la villa, con los mismo derechos y obligaciones que el resto de los vecinos. La guerra de bandos se había trasladado también a las villas; en Bergara se enfrentaban los Ozaeta y los Gabiria. Para evitar estas parcialidades, los Reyes Católicos aprueban las Ordenanzas para el buen gobierno local en 1490. Por otro lado, la representatividad de cada uno de los integrantes (cuerpo de la villa y arrabales, la anteiglesia de Oxirondo y la anteiglesia de Uzarraga) va variando a lo largo del tiempo y es fuente constante de conflicto entre las partes.

Para solucionar este tema, se acordó un convenio en julio de 1497, que fue después confirmado por los Reyes Católicos.

En estas fechas, la villa sufre varias transformaciones en su fisionomía:

  • El trazado de la villa se ha ampliado.
  • Se constata ya la existencia de los arrabales de Bidekurutzeta y Masterreka.

La vulnerabilidad de la villa ante los incendios, al ser las casas de madera, supone una gran preocupación para los vecinos. Este hecho les lleva a solicitar la aprobación de las ordenanzas de 1506 contra el fuego y las de 1518 que regulan la reedificación de las casas a cal y canto.